BIENVENIDOS


En este lugar se encuentran reunidos nuevamente el tiempo, la música y nuestros recuerdos...Iniciemos este maravilloso viaje al ritmo de las canciones y melodías de la Música sin Final...Déjese llevar por el mágico sonido que envuelve milagrosamente, ese algo que creíamos olvidado, pero que sigue ahí escondido en algún lugar, sin límites...sin final...¿Quiere saber en dónde está ese lugar?...Habita en su recuerdo y está más allá de la música...¿Nos hace el honor de acompañarnos?...Gracias.

Sus amigos,

Ricardo y Alejandro Martínez Arreola

sábado, 5 de octubre de 2013

MÚSICA SIN FINAL...RADIO




Apreciables amigos, hemos decidido enriquecer el contenido de este espacio creando una pequeña y personal “estación de radio”, con la única pretensión de abarcar con un mayor número de fonogramas algunas formas musicales determinantes del siglo XX en el terreno de la música popular.

Transmitiremos de lunes a sábado a partir de las 10:00 hrs  y hasta las 22:00 hrs.  Serán 3 horas aproximadamente de programación que se repetirá a lo largo de las 12 horas que estaremos en línea. Programas cuya duración será de 30,  15 o 5 minutos.  Así, las emisiones que sean de su agrado las podrán seguir en distintos momentos de la mañana, tarde o noche.

En esta primera etapa, la estación estará en línea solamente por dos meses y contará en total con aproximadamente  180 horas de programación,  durante las cuales  prometemos no repetir  la misma versión de una canción o melodía.        

¡No lo olviden! Tenemos una cita  el próximo lunes 28 de octubre a las 10:00 hrs. Aquí en este mismo lugar.

La programación aparecerá  diariamente en la página que reproducirá la señal de radio.

Los invitamos a escuchar cada pieza   evocando sus mejores recuerdos. Así que sin más preámbulo… soñemos.


Para escuchar dele click aquí:






Colaboran generosamente con nosotros:

Locutores:

José Antonio Cabrera MadridEn 2007 recibió la medalla Carlos Pickering por más de 50 años de trayectoria en la radio. Laboró para Radio Cadena Nacional, XEN, XELA y XEQR. En distintos periodos su voz fue requerida por importantes marcas comerciales y por el IMSS.

Margarita Castillo. Locutora en Radio UNAM desde hace más de tres décadas, es escritora, poeta, actriz de teatro,  realizadora de cortometrajes en video entre muchas otras actividades del ámbito cultural.


Asesores histórico-musicales:

Miguel Medina. Músico profesional, compositor y trovador. Inició su carrera a principios de la década de 1940 grabando como solista, posteriormente se integró junto con su hermano Antonio al Trío Avileño,  tiempo después formó Los Medina al incorporarse otro de sus hermanos,  desde entonces no ha parado de brindar su talento a las nuevas generaciones. Apareció en distintas películas de la llamada Época de Oro. Sus composiciones fueron interpretadas por Pedro Infante, Benny Moré, Daniel Santos, Arturo Núñez “El Caballero Antillano” y Tony Camargo entre muchos otros.

Antonio Horta Magdaleno. Además de su actividad profesional en asuntos relacionados con la economía de nuestro país, les podemos asegurar que no hemos visto una colección mejor documentada  como la de él en cuestión de música popular de nuestro país y de otras partes del mundo, así como de bandas sonoras de cintas de todos los tiempos y de un importante número de libros sobre éstos temas. Productor de Jazz entre Amigos.


Contenidos:

Checoblog (Sergio) y Radióvoro (Alfredo) dos inquietos recopiladores interesados en asuntos relacionados con la radio en nuestro país. Su acervo de identificaciones de emisoras, voces de locutores y curiosidades relacionados con esa “caja sonora” son muy solicitados (miles de visitas) por los usuarios de la red. Productores de El túnel del tiempo y Soñar la radio.



jueves, 8 de agosto de 2013

DORIS DAY...LA SILUETA RUBIA DE LA CANCIÓN




En cada reunión familiar, nuestros mayores evocaban con especial encanto el talento de La pecosita Doris Day; sin duda, la estrella femenina más completa de su época, con triunfos arrolladores en diversas expresiones ya como cantante de orquesta y posteriormente como solista, estrella radiofónica, figura del celuloide,  consentida de la televisión y por supuesto gran vendedora de discos.

Su imagen rubia  está ligada invariablemente a la  felicidad, pureza e inocencia, atributos o símbolos de belleza  que la colocaron como el ideal de la mujer moderna americana a mediados del siglo XX tanto para el mercado local  como para el resto del mundo.



La vida privada de La rubia del millón de dólares es sumamente contradictoria con respecto de la artista feliz que el star system difundió exitosamente.  Nació el  3 de abril de 1924 en Cincinnati, Ohio., bajo el nombre de Mary Ann Von Kappelholff. Siendo pequeña sus sueños estaban puestos en  estudiar danza y convertirse en bailarina  profesional. Por ese entonces, la infidelidad  marital de su padre con la mejor amiga de su madre concluyó en divorcio, el cual significó  un duro golpe para la joven Doris.  


A los 15 años  su madre la  ingresó en una compañía de dos cómicos ambulantes: Francho y Marco. Durante una gira, un accidente de automóvil provocó que la estrella juvenil truncara sus sueños de bailarina al saberse fracturada de las piernas.  Al poco tiempo, su madre le sugirió tomar clases de canto y a los 16 años debutó con buena aceptación en una estación de radio local.

Al poco tiempo, la añorada rubia ingresó como cantante de la orquesta de Barney Rapp quien también era dueño de un centro nocturno. En aquella época, la joven cantante tenía una canción favorita que utilizaba como rúbrica Day by Day que sirvió para que el propio Rapp  la bautizara artísticamente  en un juego de palabras como Doris Day (por cierto, Barney y Doris iniciaron un romance que finalizó de inmediato pues éste era casado).



En 1941 conoció al que sería su primer marido: Al Jorden, trombonista de la orquesta de Bob Crosby, cuyos celos enfermizos y las duras palizas públicas y privadas que le propinaba a Doris terminaron su vínculo matrimonial  en 1943. Fruto de esta relación nació Terry, su único hijo, a quien Jorden no reconoció y presionó para que Doris abortara (las  constantes frustraciones y  depresiones de Al Jorden lo llevaron a pegarse un tiro en la cabeza).

A mediados de la década de los 40’s, se integró a La Banda de Renombre que dirigía Les Brown. Al arrullo de las cadenciosas piezas que interpretaba la orquesta, el corazón de la entrañable pecosita se volvió a prendar. Ahora, el afortunado galán era el saxofonista George Weidler, con quien incluso, se unió en matrimonio. Sin embargo, Weilder le demostró que su condición económica no era la mejor y  que no pretendía aceptar al pequeño Terry. Esta circunstancia, por increíble que parezca, generó que Doris recibiera nuevamente maltratos por parte de su esposo (con los años Terry sería productor discográfico, cantante y compositor, pero también alcohólico). Ante este desolador panorama, Doris tomó la decisión de divorciarse. En ese entonces, se dice que Doris consumía tres cajetillas de cigarrillos diariamente.



En 1947 grabó uno de sus más significativos números “Jornada sentimental” con Les Brown en una sociedad que duraría 3 años. Nuestra estrella se da a conocer en el  mundo del cine, debutando al año siguiente en la película de Michael Curtiz Romance en alta mar”    producida por la Warner Bros. La canción tema  It’s Magic vendió un millón de copias, mientras que la aceptación en taquilla de la cinta le significaría un contrato por cinco años.

Para 1952, Doris Day se convirtió en la mejor cantante radiofónica del año y se colocó entre los diez artistas más taquilleros del mundo.


En los terrenos del amor, se ligó sentimentalmente al actor Steve Cochram que era novio de la actriz  Joan Crawford –quien no perdona a Doris-  y al también actor en ese entonces  Ronald Reagan. La canción Secret love incluida en su película Calamity Jane de 1953 obtuvo el Oscar a la mejor canción en aquel año.

Posteriormente, contrajo nupcias con el empresario y agente Marty Melcher quien no dudo en dar su apellido a Terry. Para Doris no fue la relación que esperaba pero si la más duradera. Su desdicha la llevó a beber y alejarse de los reflectores por un tiempo.  No obstante la cinta El hombre que sabía demasiado la encumbraría por siempre con aquella tonada Que será, será (Whatever will be, will be) en 1956 obteniendo también un Oscar por mejor canción de aquel año. Por un tiempo, se filtra una supuesta relación sentimental con el beisbolista Mickey Mantle.

En 1960 logró el premio máximo concedido por el Theatre Owners Of America al considerarla “la estrella del año” y la Hollywood Foreing Press Association la señaló como “la actriz más popular del mundo” y por su parte los exhibidores de películas la consideraron por cuatro años consecutivos  como “la actriz más taquillera”.





A la muerte de Marty Melcher en 1968, descubre que el manejo de las finanzas familiares eran un completo desastre y se esfuma gran parte de su fortuna de varios millones de dólares.  En ese mismo año Inició  su programa de televisión "The Doris Day Show". Durante una temporada estuvo alejada de la vida pública y se dio tiempo para escribir su libro autobiográfico, "Doris Day: su propia vida". En 1976 se casaría por cuarta y última vez con el empresario Barry Comden, de quien se divorciaría en 1980, totalmente desilusionada de su elección en los hombres de su vida.  

En 1983, volvió a los estudios  para el rodaje de la serie de televisión, "Nostalgia", en la que, junto con Robert Mitchum, se evocaba la historia de Broadway y de Hollywood. Desde esa década y hasta nuestros días  se ha dedicado al cuidado y protección de animales. En 2004 murió su hijo Terry Melcher de un melanoma, hecho que le causó a la otoñal cantante la mayor tristeza de su vida.

Recordamos que nos manteníamos embelesados con los recuerdos y anécdotas que nos contaban nuestros mayores en aquellas noches de tertulia familiar sobre Doris Day. Su voz y dicción perfectas aún se dejan escuchar en los viejos discos que contienen sus grabaciones. Su imagen luce siempre bella y elegante en las películas que de vez en cuando se proyectan en televisión… En Doris Day se contiene la magia y el encanto de una época que fue simplemente maravillosa.



A continuación, les ofrecemos un recuento de sus películas:
  
“Romance en Alta mar” (1948) y "Mis sueños son tuyos" (1949) dirigidas por Curtiz; "It's a great felling" (1949), de David Butler; "Young man with a horn" (1950) con Kirk Douglas y de Curtiz; "Té para dos"  (1950), de Butler; con este mismo director intervino en "The West Point Story" (1950) en la que también trabajaron Virginia Mayo, Gordon MacRae y James Cagney. En este mismo año participó en el drama "Stormwarning", junto a Ginger Rogers y Ronald Reagan, y bajo las órdenes de Stuart Heisler. A ésta le siguió el musical "The Lullaby of Broadway" (1951), de Butler y con canciones de Gershwin y Cole Porter. En 1951 rodó "A la luz de la luna" ("On moonligth bay"), película que tuvo su segunda parte en "Operación matrimonio" ("By the light of the silvery moon") (1953).

Continuando en los cincuentas filma "I'll be see in you" (1951), "Starlift" (1951); "The winning team" (1952), de Lewis Seiler y con Ronald  Reagan; Su tercer matrimonio se llevó a cabo con el productor Marty Melcher, con quien se casó en 1951 y de quien enviudó en 1968.  

Para 1952 filma  "Abril en París” y "Calamity Jane" (1953), ambas de Butler. Antes de arribar  a la MGM trabajó en "Lucky me" (1954), y con Frank Sinatra en "Siempre tú y yo" ("Young at heart") (1954).

En 1955  para la Metro su primer papel fue en el musical "Ámame o déjame" ("Love me or leave me"), que había rechazado Ava Gardner, y que fue dirigido en 1955 por Charles Vidor. Un año después, en 1956, para la Paramount hizo "El hombre que sabía demasiado" ("The man who knew too much"), que fue dirigida por Alfred Hitchcock. Ese año rodó Julie. Después vino, en 1958, “Juego de pijamas"The pajama game", "Enséñame a querer" ("Teacher's pet") con Clark Gable, "Mi marido se divierte" ("The tunnel of love"), de Gene Kelly.

En 1959 con Jack Lemmon y Steve Forrest protagonizó "La indómita y el millonario" ("It happened to Jane"), en esta ocasión para la Columbia. Pero antes de finalizar la década pasó a la Universal. En esta su nueva etapa intervino en: "Secretos de alcoba" ("Pillow talk") (1959), película en la que formó pareja con Rock Hudson, actor con el que repitió, en 1961, en "Pijama para dos" ("Lover come back"), y en 1964, "No me mandes flores" ("Send me no flowers"). Otras películas de los sesenta fueron: "No te comas  las margaritas" (1960), "Un grito en la niebla" (1960), vuelve a la Universal y comienza con "Suave como el visón" (1962), "Apártate cariño" (1963) entre otras  y  su última película para el cine "El novio de mamá" (1968).


Esperamos que disfruten de esta selección musical.

It’s magic, composición de Sammy Cahn y Jule Styne que Doris lleva al cine y al disco de manera ejemplar en 1948.


Tea for two, inolvidable versión de 1950 para el clásico de Youmans interpretada en la cinta del mismo nombre.


Secret love, grata interpretación de 1953 para esta composición de Sammy Fain y Paul Webster.


Que será, será (Whatever will be, will be), compuesta por Jay Livinsgton y Ray Evans en 1956 e incluida en la cinta El hombre que sabía demasiado.



Day by day, canción que inspiró su nombre artístico, en una grabación de 1956 acompañada por uno de sus compositores, Paul Weston.


Teacher’s pet, tema de la cinta de 1958 del mismo nombre que en México se conoció como Enséñame a querer, sin duda, la carta de presentación de Doris Day en estas tierras.



Please don’t eat the daisies, tema central de la cinta del mismo nombre de 1960, apareció solamente en 45 r.p.m.  


Perhaps, perhaps, perhaps, composición del cubano  Osvaldo Farrés que en la voz de Doris Day cobró nuevos matices. Una grabación de 1963.


Move over darling, de la cinta  de 1963 conocida en México como Apártate, cariño.Apareció en un disco Columbia sello negro.


More, canción tema de la cinta Mondo Cane, esta formidable versión fue realizada en 1964.


The way we were, estupenda versión realizada en 1975 para su programa televisivo “Doris Day toDay”.

martes, 2 de julio de 2013

TROPICALERÍAS… LOS RITMOS BAILABLES QUE HICIERON ÉPOCA





El popular y legendario danzón es de origen cubano. En sus primeros años, al finalizar el siglo XIX se convirtió en una manifestación popular propia de negros mulatos y mestizos. Sin embargo, poco a poco fue ganando adeptos entre criollos y clases pudientes en toda la isla.

Al principiar el  siglo XX, el danzón modificó su primitiva estructura para incorporar del son la sabrosura “montuna”, proporcionándole más agilidad y sensualidad a lo largo de la pieza. Este modelo le ha permitido sobrevivir hasta nuestros días como auténtico rey en los salones de baile y plazas populares en México y Centroamérica.

Si tuviéramos que pintar con algún color al danzón para darle identidad, éste sería el color negro. La riqueza en ritmos y cadencias de las orquestas cubanas no se podrán entender sin la presencia del elemento negro en sus sonidos: las percusiones, las maracas, las claves, sonajas, campanas, triángulos… En fin, la combinación afrocubana no es solamente cuestión de percusión, sino que está presente en todas sus notas y excitantes figuras musicales.








Al hablar de danzones en nuestro país tenemos que remontarnos al año de 1920 pues se fundó el célebre Salón México (aunque existen grabaciones de esta forma musical durante la segunda mitad de la década de 1900). Los nombres de sus salas (La Mantequilla, La Manteca y El Sebo) propios de su origen popular, fueron testigos silenciosos del desfile de las danzoneras más prestigiadas del momento: Danzonera de Dimas y Prieto, Danzonera de Tiburcio “El Babuco” Hernández y la Danzonera de Consejo Valiente “Acerina”. Un dato digno de ser destacado en esta época lo consigna Jesús Flores y Escalante en su libro Salón México sobre el cabaret El Nereidas ubicado en las calles de Guerrero y Luna. “Este cabaret motivó la creación del famosísimo danzón Nereidas en 1932. Su dueño el señor Daniel Sidney pidió en este año al músico oaxaqueño Amador Pérez "Dimas" Torres, creara un distintivo musical para el lugar. El resultado fue EL DANZÓN DE DANZONES: NEREIDAS. Este sitio originalmente estuvo decorado con sirenas y motivos marítimos que después pasaron a los cabarets El Gusano y El Caracol".

A partir de 1932, las orquestas tropicales lograron consolidarse entre el bailador pueblo mexicano. Agustín Lara, formó el Son de Marabú y preparó el terreno para que, años más tarde, proveniente de la isla de Cuba, llegara a México para quedarse la legendaria Sonora Matancera, compañera ideal para las voces de Cascarita, Moscovita, Celia Cruz, Celio González, Albertico Beltrán, Bienvenido Granda, Leo Marini, Daniel Santos y Nelson Pinedo.


En los años cuarenta, El Waikiki, antiguo y prestigiado club nocturno, fue el escenario ideal para las actuaciones apoteósicas del Son Clave de Oro y su cantante Moscovita. Tampoco podemos dejar de mencionar las grabaciones discográficas que el tiempo ha convertido en clásicos de la música tropical a cargo de Mariano Mercerón, Lobo y Melón y  la orquesta cubana Casino de la Playa.


El inolvidable Cara de foca, Dámaso Pérez Prado dio a conocer en el lejano 1948 un ritmo tropical que causaría revuelo entre los jóvenes de aquel entonces: el mambo.

Pérez Prado fue primerísima figura del espectáculo en México, Estados Unidos y buena parte de Latinoamérica. Su capacidad y talento artístico, le permitieron visualizar un ritmo auténtico y original, basado en la fusión de la combinación sonora de las grandes bandas norteamericanas y la utilización con tintes modernistas de las cadencias y armonías propias del trópico.

En nuestros días, los mambos que Pérez Prado grabó para la RCA Victor, mantienen la frescura,  calidad técnica y originalidad… Patricia, Mambo en sax, El ruletero, La chula linda y el Mambo no. 8, son sólo algunos ejemplos de esta apreciación.

Cuando llegaban a su fin los inolvidables años cincuenta, la supremacía del mambo había terminado pero su influencia aún se dejaba sentir en las composiciones a ritmo de guaracha-mambo, bolero-mambo o bien, danzones-mambo. Con el fin de emular en lo musical y económico a Pérez Prado, varios compositores se dieron a la tarea de crear el nuevo ritmo capaz de competir con la cumbia y el rock and roll. Así surgió el Cha cha chá que trajeron a nuestro festivo pueblo los cubanos Enrique Jorrín y Nipón Mondéjar.



En toda reunión de baile, la gente que pinta canas se levanta de sus asientos con la emoción y frescura de antaño para lucir sus mejores pasos al compás de El bodeguero, Los marcianos y Las clases del cha cha chá. O bien, tan solo se dejan  seducir por la inigualable voz de El Bárbaro del RitmoBenny Moré.

Muchos otros inventos tropicales probados en diferentes épocas, no lograron identificarse con el gusto popular y pasaron a la historia con más pena que gloria como el merecumbé, el watusi, el yumpi, el charanga pachanga, el barambao, el zemboleo y el chivirico.



Los sesentas habían significado un período de crisis para la canción tradicional mexicana pero también, corresponden a la época en que la creación de la música tropical tocaba por vez primera fondo. Sin embargo, en un intento por rescatar la tradición del baile y las cadencias tropicales, surgieron nuevas orquestas que pronto lograron afianzarse en el gusto popular de la juventud cada vez más influenciada por ritmos estridentes provenientes de los Estados Unidos: La Sonora Santanera, La Sonora Veracruz, El Acapulco Tropical y Mike Laure y sus Cometas, son ejemplos dignos de esta modalidad.


El golpe final a la creación de música de baile con ritmo tropical de calidad lo dieron un grupo de jóvenes que intentaron crear un género nuevo, híbrido y raro,  porque parecía tropical pero intentaba ser balada y que en nuestros días ha vuelto a cobrar vigencia: la llamada onda grupera. La indecisión entre ser semi-rocanroleros o cuasi-rumberos es una de sus características. A pesar de eso, las agrupaciones de aquella primera época de la onda grupera tienen una ventaja sobre los gruperos del siglo XXI, los cuales siendo productos híbridos con fines netamente mercantilistas, se pierden en el limbo que produce la inusitada mezcla de ritmos que van desde el rock, lo tropical, la balada y el pop, ranchero, norteño, banda sinaloense y todo, absolutamente todo lo que usted quiera agregar.   


Esperamos disfruten de la siguiente selección musical, es imposible cubrir en este espacio todas las manifestaciones o intérpretes que caben dentro de la llamada música tropical, pero es un  pretexto para escuchar algo de la vieja guardia. 


Nereidas, una de las primeras versiones en disco de este inmortal danzón corrió a cargo de  Juan Concha y su Danzonera en 1936.



En Veracruz, la inolvidable  Ana María Fernández “La cancionera del estilo único”  interpreta esta composición de los Hnos. Martínez Gil en 1941 acompañada por la Lira de San Cristóbal.



Cascarita de Limón, en 1948 el famosísimo  Son Clave de Oro  que tenía a tres portentos de cantantes: Moscovita, Chepilla y Cascarita,  se escuchaban  día y noche con esta composición de  Pepe Delgado.



Piel canela,  de su propia autoría Bobby Capó nos ofrece este número que pegó con tubo en 1952, tal fue su éxito que al año siguiente le dio nombre a una película.



Silencio, el conjunto Los Cariñosos llevaron al disco en la primera mitad de los cincuenta su agradable versión para este número de la inspiración de “El jibarito”  Rafael Hernández.



Y hoy como ayer, composición de Pedro Vega, Benny Moré y su Banda Gigante nos ofrecen este registro discográfico de 1955.



De noche, de las grabaciones de mediados de los años cincuenta Tito Rodríguez nos deleita con este bolero-cha cha chá.



Mambo en sax, uno de los mejores números grabados por Pérez Prado y que a su vez le dio nombre a uno de sus discos de larga duración  para RCA Victor en 1957.



La Margarita, uno de los danzones de mayor popularidad en la década de los cincuenta fue este número de Mariano Mercerón y sus Muchachos Pimienta.



Congoja,  Margarita Romero fue una  de las voces que triunfaron en el elenco de XEB durante los años 30 y 40,  posteriormente  XEW tuvo entre sus filas a tan magnífica cantante. En RCA Victor grabó un disco con canciones de  Rafael Hernández  y arreglos de Rafael de Paz.



Cosas del alma,  esta composición del cubano Pepe Delgado cobró nuevos matices en la formidable versión para el sello Victor de Lobo y Melón grabada en 1960.




Brigitte, la formidable orquesta de Chuck Anderson se anotaba su mayor éxito de ventas con esta pegajosa tonada de 1960.




viernes, 24 de mayo de 2013

JÓVENES DE CORAZÓN



JÓVENES DE CORAZÓN

De vez en cuando se antoja recordar aquello que archivamos entre las buenas cosas del ayer y, en lo que respecta a este blog, lo musical es nuestro pretexto.

Sirvan estas líneas para compartir con ustedes queridos compas algunos recuerdos en esta FOTOHISTORIA musical de los años que cursé la preparatoria en el Instituto Patria que se ubicaba en la colonia Polanco, en esta Ciudad de México.




Los años cincuenta del siglo pasado fueron para México muy dinámicos en el terreno de la música popular y sin duda, su influencia continuó al transcurrir de los años. El mambo y el cha cha chá gozaban su fulgor, el bolero continuó su hegemonía romántica reforzándose con los tríos;  la música española fue muy bien acogida, la canción italiana empezó a permear en las ideas musicales; la música ranchera se transformaba y volvía a la cima en las preferencias, mientras que se asomaba tímidamente en nuestro país un ritmo proveniente de nuestro vecino del norte que a los adolescentes cautivó con la premisa de libertad al  elegir la identidad que se ajustara a todos sus intereses y sueños: el rock and roll.

Con el final de la Segunda Guerra Mundial la supremacía americana fue imponiéndose en todas las actividades del mundo occidental. Todos miraban hacia Norteamérica con gran expectación, era inevitable  sustraerse a la tentación: la invasión cultural era irremediable. El auge económico que experimentaron las economías mundiales durante la posguerra, transformó las estructuras sociales de fuerte tradición conservadora. México no podía ser la excepción. El “milagro mexicano” arrastró a las grandes urbes (particularmente la ciudad de México) el estilo de vida imperante en Estados Unidos.

Los encargados de llevar  la voz del cambio eran los jóvenes. La influencia de los sectores marginados en Norteamérica (grupos de negros, chicanos, migrantes), fueron determinantes en la nueva concepción de la realidad: el mundo estaba cambiando y en consecuencia, las metas de la vida, los valores, las costumbres y la música también. Por vez primera los jóvenes en México tuvieron acceso a la palabra y la creación de música propia. En muchas de sus creaciones, se evidenció la descomposición del sistema político arcaico y represor, así como las debilidades de una sociedad llena de contradicciones e insalvables diferencias.

Recuerdo con especial encanto que el cine era parte fundamental de la vida cotidiana del capitalino de aquella época. Eran grandes salas cinematográficas de brillantes marquesinas, amplios vestíbulos y pantallas gigantes, algunas muy lujosas y otras no tanto. Los considerados como cines de primera categoría se encontraban por los rumbos de la  Alameda Central y del Paseo de la Reforma dedicados a exhibir estrenos. Las películas mexicanas tenían un circuito muy amplio de distribución en las calles de San Juan de Letrán o Fray Servando Teresa de Mier (en esa época  cuando menos había una sala por modesta que ésta fuera en cada barrio).




La modernidad en la pantalla grande  no se hacía esperar, pues para 1953 el Cine México exhibió por primera vez en nuestra ciudad una película en 3D: La Casa de Cera así como también la primera en formato de Cinemaescope y sonido estereofónico. ¿La recuerdan? Claro, se trata de El manto sagrado.




Tal vez algunos de ustedes recordarán una práctica usual de esa década y de la siguiente al exhibir un cortometraje o caricatura antes del platillo principal. Cuando se trataba de películas producidas por MGM  estaban Tom y Jerry; para Universal  no podía faltar el Pájaro Loco; con la Warner Bros.,  desde luego  Bugs Bunny o el Pato Lucas; con los estudios Columbia aparecía el perro Motita. También era recurrente retomar pequeñas series en episodios como Los Tres Chiflados, La Pandilla o El Gordo y el Flaco en el Cinelandia.

Para la juventud inquieta -sobre todo clase mediera- las novedades musicales a su gusto las encontraban en emisoras como Radio 590, Radio 6.20 (la sintonizaba en compañía de mis amigos para estudiar o hacer las tareas), Radio 660, Radio Éxitos o Radio Mil. Aquellas estaciones basaban en mayor o menor medida su programación en las listas del Billboard de los  Estados Unidos y gran parte de su éxito lo debían a los números  musicales que difundían como exclusividad. Radio 6.20 olvidó  su condición de  estación “chica” y obtuvo mucha notoriedad al enfocarse en captar exitosamente a la población estudiantil, por ejemplo los alumnos de la UNAM tenían su programa “Azul y Oro” bajo la conducción de Sergio Romano que con el tiempo se convirtió en un  periodista, escritor y conductor de TV muy reconocido, mientras que el IPN tenía su programa “Ateneo Miguel Bernard”, cuando sus autoridades lanzan la convocatoria para seleccionar el que sería el Himno de esa casa de estudios, formó parte del jurado Víctor Blanco, Gerente de XENK.  Su programa de las 14:00 hrs. Café Concierto patrocinado en esa época por la Casa Veerkamp era un referente obligado para escuchar las novedades del Hit Parade en distintas partes del mundo.


El frenesí juvenil no pudo escapar del celuloide y un cine dirigido específicamente a ellos arribó a nuestras pantallas. En 1955 el cine Roble exhibió Semilla de maldad, como bien saben, aquí se escuchó Rock around the clock con Bill Halley y sus Cometas cuando aparecen los créditos de la película. El cine Polanco y el Mariscala en ese mismo año exhiben la cinta Cómo usar las curvas en la que la actriz Sheree North baila Shake Rattle n’ Roll, un año después proyectan Al compás del Rock  y un año más tarde Rock, rock, rock bamboleo frenético y Tú sabes lo que quiero. Para 1958 el cine Roble exhibe Prisionero del Rock ‘n Roll  y Las Américas proyecta Melodía Siniestra. En esas cintas la chamacada interesada y afortunada -pues no estuvieron mucho tiempo en cartelera- pudo conocer a Elvis Presley, Little Richard, Gene Vincent y sus Blue Caps, The Platters, Teddy Randazzo, Chuck Berry, LaVern Baker, Clyde Mcphatter, The Moonglows, Frankie Lymon y sus Adolescentes, Fats Domino, Eddie Cochran, entre muchos otros. Aunque no podemos olvidar que en 1957 The Platters se presentaron con mucho éxito en el Teatro Politeama.


Mientras que en la Unión Americana durante 1958 se podía respirar una muerte que ni fue oficial ni fue anunciada, la del espíritu del rock and roll: El “Rey” Elvis, estaba uniformado y reciclado;  Chuck Berry se ensombrecía  por sus vicios; un Jerry Lee Lewis acusado de pervertir  jovencitas; y un Little Richard descafeinado por su fanatismo religioso; verdaderas estocadas a esos personajes que los más conservadores   señalaban como nocivos para la sana juventud. Por su parte, nuestro país esperaría dos años más a que su mercado potencial de jóvenes fuera económicamente atractivo para que los rocanroles (pasados o recientes) se grabaran en español y en buena cantidad en estas tierras aztecas.

El mercado de jóvenes quinceañeros estaba enloquecido por recibir  nuevos ídolos que sin más ni más  inundaron el escenario musical y por supuesto apegándose a las buenas costumbres.  Nombres como Pat Boone, Ricky Nelson, Paul Anka, Bobby Darin, Frankie Avalon, Everly Brothers, Bobby Vinton, Tommy Sands, Bobby Rydell, Neil Sedaka, Gene Pityney, Ray Peterson o  Brian  Hyland,  supieron conectar baladas de amor directamente con los sueños y angustias del adolescente.  La legión femenina la encabezaban Brenda Lee, Connie Francis, Connie Stevens, Linda Scott, Teresa Brewer, Jodie Sands, actrices como Sandra Dee, Tuesday Weld contribuyeron a alimentar con su presencia en la pantalla o en el disco las fantasías convencionales de millones de jóvenes de todo el mundo.

A mediados de la entrañable década de los 50’s, se inició la construcción de la iglesia de San Ignacio de Loyola (por cierto, siguiendo la tradición europea todo colegio católico debía contar con una capilla; sin embargo, como no era posible edificar una al interior del Patria, se consiguió un terreno cercano para tal fin). Con el paso de los años la iglesia abrió sus puertas para recibir a la gran comunidad familiar que formábamos (y seguimos formando) en el Patria…
Hace 55 años terminé mis estudios de preparatoria en el Instituto Patria. Sin embargo, a pesar de todos estos años, aún están presentes en mí los recuerdos de aquella etapa maravillosa de mi vida. En aquella escuela me encontré con mis profesores y compañeros de clase… Puedo asegurarles que desde entonces -quizá en diferentes formas-, decidimos caminar juntos por la vida. Y en eso estamos… Quo Melius Illac, buscar lo mejor.


Por cierto, seguimos siendo jóvenes de corazón.


Guillermo Alducin Varela

Generación 58'


Mayo, 2013.







Estas son algunas canciones que nos permiten decir…Gracias por el Recuerdo.

Too young, composición de Sidney Lippman y Sylvia Dee que alcanzó el millón de ventas durante 1951 en la extraordinaria versión de Nat King Cole con el respaldo  orquestal de Les Baxter.



Singin' in the Rain, una de mejores  comedias musicales proyectadas en la pantalla grande en 1952, protagonizada por Gene Kelly, Donald O’Connor y Debbie Reynolds. La canción tema fue escrita en 1929 por Arthur Freed y  Nacio Herb Brown.



Sh-Boom, una de las canciones doo wop más recordadas de 1954 es  la versión por  The Crew Cuts que se impuso en las listas de popularidad a la grabación realizada primeramente  por The Chords.



Love is a many splendored thing,  tema central de la cinta Angustia de un querer  como se conoció en México en 1955, una de las versiones cantadas mejor logradas en aquella temporada fue la realizada por  The Four Aces.  Esta balada  fue compuesta por  Sammy Fain y Paul Francis Webster.



A sweet old fashioned girl,  una de las cantantes consentidas del sello Coral Teresita Brewer con una de sus interpretaciones más populares de 1956.



With all my heart,  de muy  breve carrera musical  la estupenda  voz de la cantante Jodie Sands nos ofrece su mayor éxito de 1957.



He’s mine,  en febrero de 1957 The Platters se apuntaban un éxito con esta canción que  además incluyeron en una de sus participaciones cinematográficas, la curiosidad de este número es que lo interpreta su integrante  femenina Zola Taylor.



King Creole,  canción que da título a la película de 1958 que se conoció  en México como Melodía Siniestra, marcaría en definitiva a Elvis Presley, pues doce días después de terminar la cinta se enroló en el ejército.



High class baby, un ejemplo de los considerados rocanroles  contestatarios fue este número del británico Cliff Richard en 1958, uno de los sencillos llamados de dos caras “A” (La mantequilla / Presumida).



Since  I don’t have you,  una de las baladas que bien puede identificar toda una época es sin duda esta grabación de 1958 realizada por The Skyliners.



 As time goes by,  canción gratísima que asociamos a la película Casablanca de 1942 aunque fue compuesta por Herman Hupfeld en 1931, muchas son las versiones que han desfilado a lo largo del tiempo. Una de las más exclusivas en Radio 6,20  fue esta grabación de Johnny Nash para el sello ABC Paramount en 1958.



Nel blue dipinto di blu,  triunfadora de la edición de 1958 del Festival de San Remo, esta  grabación significó para Domenico Modugno ser considerado el ejemplo de la canción moderna italiana.



Why, el baladista Frankie Avalon colocó un número uno en las listas del Hit Parade de 1959 con esta composición de la mancuerna Marucci/De Angelis.



If I give my heart to you,  una balada muy recordada en la voz de Doris Day durante 1954. Les presentamos una estupenda versión realizada en 1959 por el trío The Teddy Bears, cabe señalar que uno de los miembros de este grupo era Phil Spector, quien en la siguiente década revolucionaría la música Pop con el llamado “Muro de sonido”.



If I had a girl, comenzaba 1960 y Rod Lauren lograba su único éxito con esta gratísima  balada para el sello RCA Victor.



Young at heart,  canción escrita por Johnny Richards y Carolyn Leigh para ser estrenada por Frank Sinatra en 1953, un año después le daría título a la película que protagonizó junto a Doris Day. Para dar fin a esta entrada e ilustrarla lo mejor posible, disfruten de esta rara versión del Viejo Ojos Azules con diálogo inicial.